miércoles, 1 de noviembre de 2017

Día de Todos los Santos

   Hacía mucho tiempo que quería publicar un post como este, pero no me atrevía. Y lo pongo en este blog aunque no tiene nada que ver con la temática, porque es el que más visitas recibe. Cuando el Halloween importado de los USA inunda las calles, las teles, las tiendas y los blogs (y los retos), me siento rara. De niña, no recuerdo que existiera esa fiesta. Al menos en mi pueblo toledano el 1 de noviembre se iba al cementerio a limpiar lápidas y nombres en letras doradas y adornarlas con flores.

   Yo acompañaba a mis padres (mi hermano solía escaquearse) a dos cementerios diferentes, muy de mala gana. Cuando mi padre falleció, en el 2005, la situación cambió. La ocasión era especial, era otro año, otro año sin mi padre y no podía evitar romper a llorar. Cuando mi hermano pasó, tuve que llevar yo a mi madre, hasta que fue superior a mis fuerzas y le dije a mi hermano, que vive en otro pueblo toledano, que la llevara él, para no desplazarme desde Madrid. Pero no podía dejar de acordarme de mi padre y echarle mucho de menos. Ahora ya no va nadie a limpiar su tumba ni a ponerle crisantemos frescos. Mi madre es muy mayor y no puede, mi hermano pasa. A mi me afecta demasiado.

   Así que hoy, confieso que soy anti-halloween, no es un día alegre para mí con fantasmas y esqueletos, y aunque no soy católica, celebro el "día de todos los santos", el día de mi padre. Es un día triste, y pensaré en él y le añoraré mucho. Y lloraré. Y como no tengo crisantemos frescos (como los que mi propio padre cultivaba en su huerto, grandes y olorosos), pongo como ofrenda para él estas rosas de ganchillo que hace tiempo hice.



Descansa en paz, papá, que sigues viviendo en mi memoria.

Muchas gracias por vuestras visitas y vuestros comentarios.




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